Un amigo imaginario

Un día estaba en esas increíbles meditaciones de baño, de esas que solemos tener todos cada cierto tiempo, estaba en esas cuando me pongo a conversar solo, siempre lo hago, pero esta vez para no parecer loco me dije: debo crear a un amigo, y así fue como me acordé de tito, Tito Cornal, un viejo amigo de la infancia, con quien solía pasar largas tardes de ocio. Él alimentaba mi delirio y locura, con él hacíamos y deshacíamos este mundo una y otra vez, con él soñábamos sobre que haríamos de grandes, que tendríamos, que seríamos y otras tantas cosas que se le ocurren a uno cuando es pequeño. Hoy nuevamente vuelves viejo amigo, es necesario de repente un tanto de locura, seguir soñando, ya que son los deseos los que mueven a una persona, esos deseos que te llevan a hacer cosas difíciles y que al superarlas te llenan de alegría y satisfacción...
Que conste que "amigo imaginario" sólo es el nombre que se le da popularmente, en mi humilde opinión tito sería un otro yo, claro que al tomar otro nombre ya pasa de ser yo mismo, él es en realidad quien escucha mis mejores secretos y todos mis pensamientos, es el amigo al que puedo acudir lo más rápido posible, solo es cosa de ponerme a pensar y listo. Luego voy donde los amigos de carne, hueso y mente, porque hay un problema, mi amigo tito es muy bueno para escuchar, pero nunca da consejos.